Los resultados de la jornada electoral del domingo 26 de
junio han sido una sorpresa, nadie se esperaba esto, ni las encuestas ni los más
optimistas del partido ganador, ni los más pesimistas del perdedor, pero porqué
se ha producido?
Muchos son los factores que se pueden encontrar en los
medios de comunicación para intentar justificar este resultado, la campaña del
miedo, el brexit, la utilización de Venezuela, la petición de sillones o
ministerios, el mal menor, la propia confluencia de Podemos con IU, etc, es
posible que la causa sea una conjunción de todos estos factores, pero a título
personal considero que la verdadera causa o a la más importante no es ninguna
de las anteriores.
En primer lugar es evidente que los resultados son una
sorpresa, viendo las caras de los dirigentes del PP se comprueba que ni ellos
mismos se lo pueden creer, no es lógica esa alegría cuando tienen tan difícil
como antes sacar adelante una sesión de investidura, porque a pesar de ganar el
PP está completamente sólo, nadie, ni siquiera Ciudadanos, está dispuesto a
investir a Rajoy. No tiene ninguna justificación lógica que desde las
elecciones del 20 de diciembre el PP haya podido recuperar cerca de 700.000
votos, subiendo en todas las Comunidades Autónomas, destacando Andalucía (más
130.000), Madrid (110.000) y Valencia (80.000), estas dos últimas en las que en
los últimos meses han estado continuamente saliendo casos de corrupción del PP,
habiéndose convertido en el primer partido imputado (aunque ahora se denomine
investigado) de la democracia, con dirigentes en la cárcel, pero es que además
en estos seis meses se he demostrado su disponibilidad para aplicar más
recortes, se ha demostrado que no dijeron la verdad sobre el déficit del 2015,
se ha demostrado que el Ministro del Interior ha utilizado mecanismos del
Estado para atacar a rivales políticos, ha tenido que dimitir un Ministro por
mentir sobre sus negocios en paraísos fiscales, y un largo etc. En esta
situación lo lógico es que el PP hubiera perdido votos con respeto al 20D.
Y si la subida del PP es una sorpresa más lo es todavía la
bajada de Unidos Podemos, que en 6 meses se han dejado más de un millón de
votos, bajada maquillada porque al ir juntos han conseguido obtener el mismo
número de diputados con menos votos de los obtenidos entonces por separado. Una
bajada general y todas y cada una de las Comunidades Autónomas, destacando
Andalucía (210.000), Madrid (210.000), Valencia (125.000), Cataluña (80.000) y
Galicia (65.000), una bajada en votos que ninguna encuesta había ni remotamente
anunciado. Las encuestas anunciaban el sorpasso, el adelantamiento al PSOE de
Unidos Podemos, que no se ha producido a pesar de que el PSOE ha perdido unos 100.000
votos, aunque de forma muy irregular, pues ha bajado en 7 Comunidades (sobre
todo en Andalucía, Cataluña, Castilla-La Mancha y Extremadura) y ha subido en
otras 9 (Madrid, Valencia, Aragón, Baleares, Asturias, etc), lo cual también ha
sido una sorpresa para el propio PSOE que tenían casi asumido quedarse en
tercer lugar.
Menor sorpresa ha supuesto la bajada de Ciudadanos pues la
anunciaron las encuestas, se han dejado casi un 10% de sus votantes, han bajado
cerca de 400.000 votos, de forma generalizada en todas las comunidades, excepto
Canarias (suben 4.000), pero con bajadas muy importantes como Cataluña
(110.000) o Madrid (66.000) o Valencia (40.000). Si bien tampoco es lógico,
aunque lo anunciasen las encuestas, que Ciudadanos perdiese votos en favor del
partido del gobierno salpicado día tras día por casos de corrupción.
¿A que puede deberse esta sorpresa?
Los resultados de Cataluña y Galicia, con importante pérdida
para Unidos Podemos, parecen dar a entender, debido a que ya hubo unidad en
esas dos comunidades para las elecciones de diciembre, que la causa de la
bajada no es la unidad en sí misma, es decir, no se debe a que hay un elevado
número de votantes de IU que no aceptan la unidad, ni tampoco de Podemos. La
campaña del miedo que medios sensacionalistas han dirigido contra Podemos no es
algo nuevo, ya se dio en diciembre. Estos factores no eran apreciados por las
encuestas, las cuales en su totalidad, incluso 6 días antes de las elecciones,
pronosticaban el sorpasso, las encuestas, las encuestas? ¿pueden haber tenido
influencia las encuestas en el resultado final?
Las encuestas anunciaban que Unidos Podemos sería el tercer
partido en número de escaños por delante del PSOE, y que entre ambos podría
formar gobierno, además desde Unidos Podemos, además de dulcificar sus ataques
contra el PSOE, se anunciaba que su objetivo era formar coalición de gobierno
con el PSOE, no se cansaban de repetirlo en sus actos, comunicados, incluso en
los debates, era algo que repetían insistentemente, un objetivo que las
encuestas anunciaban como muy posible. Esta es la diferencia con respecto a las
elecciones de diciembre, hace 6 meses el objetivo de Podemos era entrar con
fuerza en el Congresos para oponerse a la política del PP, para enfrentarse a
los recortes de sanidad, contra los recortes de educación, contra los recortes
de derechos sociales y laborales, para enfrentarse a la corrupción, etc, y para
eso se movilizaron sus votantes. En cambio, en las elecciones de junio, el
objetivo de Podemos era ganar o al menos tener la suficiente fuerza como para
dirigir un gobierno con la ayuda del PSOE, los objetivos son muy distintos, y
no es lo mismo movilizar a su electorado para un objetivo que para otro, y no
olvidemos que la base de Podemos es muy diversa y heterogénea, por lo que no es
descartable que parte de su base electoral, la menos firme o convencida, haya
decidido finalmente abstenerse por la falta de convicción en que esa alternativa
le transmita la garantía o seguridad que para ellos debe cumplir una
alternativa de gobierno. No es de extrañar que entre algunos votantes de
Podemos del pasado diciembre haya personas que no les parezca serio tener como
Presidente de Gobierno a alguien que se hizo famoso por ser un polémico o
espectacular tertuliano con discursos muy criticables sobre Venezuela o los
presos de ETA.
En el polo opuesto, ese objetivo de Podemos, esa posibilidad
de formar o al menos dirigir gobierno, también ha podido movilizar cierto
electorado desencantado del PP, que por rechazo a esta posibilidad se
decantaron finalmente por dar su voto al PP “como mal menor”.
En mi humilde opinión creo que el factor más diferenciador
de las elecciones de diciembre y junio ha sido que en junio se ha visualizado,
confirmado por las encuestas, la posibilidad de que Podemos formase o dirigiese
el gobierno nacional teniendo a Pablo Iglesias de Presidente, y esta diferencia
ha podido determinar la movilización o desmovilización de una parte del
electorado tanto del propio Podemos como del Partido Popular.
Francisco Agarrabeitia Ramírez.
Pablo Iglesias con su ímpetu revolucionario, dispuesto a machacar con impuestos a las clases altas y medias para repartir el dinero entre todo aquel que no trabaje, empezando por sus amiguetes, ha retraído a mucha gente. Su aceptación del referendum ilegal que pretenden los catalanes y vascos para romper este país también resulta intolerable para muchos patriotas, entre los que me encuentro. Por otra parte la sociedad española ya no es tan fácil de engañar. Sabemos que quien crea las empresas sostenibles no es el Estado ni los entes públicos sino los emprendedores autónomos con el apoyo del sistema financiero. Los organismos públicos no crean más que deudas y practican políticas insostenibles a medio plazo, gastando mucho más de lo que ingresan. La moderación y optimización del gasto y la eliminación de las prebendas que siguen teniendo los políticos son imprescindibles. Este país no será libre e independiente mientras tenga una deuda del 100% del PIB y cualquier estado o fondo de los que nos compran deuda nos podrá chantajear si emprendemos derivas que no agraden a los que nos están sosteniendo. Por ello los cambios han de ser progresivos, no abruptos ni radicales. En cualquier caso todavía no se ha formado gobierno y sigue existiendo la posibilidad de un gran pacto de izquierdas que arrincone al PP. El futuro no está escrito, ya veremos la viabilidad de los posibles pactos.
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