El pasado sábado 21 de octubre el gobierno central anunció
las medidas que propone al Senado para aplicar el artículo 155 de la
Constitución, algunas de ellas parecen muy extremas como cesar a todo el Govern
o intervenir los medios públicos de comunicación de la Generalitat, supondría
de facto eliminar el autogobierno catalán al cesar a quienes fueron elegidos en
las urnas. Esta propuesta del gobierno será debatida y seguramente aprobada (el
PP tiene mayoría absoluta, aunque sólo tuvo el 32% de los votos) en la sesión
del Senado de este próximo viernes 27 de octubre, una sesión a la que es
posible que asista el propio Puigdemont para defender el autogobierno catalán.
La incógnita no está en lo que dirá Puigdemont en el Senado,
en caso de que finalmente asista, repetirá lo que dijo el pasado sábado en su
comparecencia pública. La incógnita está en saber qué va a hacer, el Govern
tiene tres opciones muy dispares entre sí.
1.- Declaración Unilateral de Independencia.
No es descartable, es lo que están pidiendo amplios sectores
del independentismo, desde la CUP hasta la ERC, pasando por las plataformas
soberanistas Ómnium y la ANC. Por el contrario, esta opción tiene muchos
detractores, incluso en las mismas filas del independentismo, no sólo por la
realidad económica provocada por la salida de empresas sino porque la mayoría
de la sociedad catalana considera que el referéndum o consulta del 1 de octubre
no justifica la medida, es rechazada de plazo por el empresariado catalán, y
también por los órganos de dirección de la Unión Europea. Podría ser un paso en
falso, o un error sin posibilidad de subsanar, pues dividiría totalmente a la
sociedad catalana y se ganaría el rechazo internacional de la zona euro.
2.- Adelantar las elecciones.
Desde el gobierno ya se ha avanzado que una convocatoria de
elecciones significaría suspender la aplicación del artículo 155, no olvidemos
que el objetivo final de la aplicación del 155 es convocar elecciones. Esta
medida serviría para aliviar la tensión a la espera de su resultado,
garantizando la continuidad del Govern y alejando de la Generalitat el peligro
de la intervención. Es la mejor opción para garantizar el autogobierno catalán,
al alejar la aplicación del 155. Pero al mismo tiempo, esta media podría ser
considerada como un paso atrás, como una forma de ceder a la exigencia del
Gobierno Central al ceder a su exigencia o amenaza.
3.- No hacer nada y fiarlo todo al resultado de las
movilizaciones.
No hacer nada y esperar a que el gobierno intervenga la
Generalitat, el autogobierno catalán, lo cual provocará un fuerte rechazo no
sólo de los independentistas sino de más sectores de la sociedad catalana,
seguramente de esos mismos sectores que el día 3 de octubre se unieron a los
independentistas para rechazar la violencia del 1 de octubre.
Ya lo dijo Joan Tardá en el 2012, “la aplicación del 155 nos
vendría de coña, porque en vez de salir a la calle un millón y medio van a
salir tres millones”. Puigdemont tiene la posibilidad, convocando elecciones,
de salvar el autogobierno, pero al hacerlo se desmoviliza, aunque sea por unos
meses, el independentismo. En cambio, si Puigdemont no convoca elecciones la
acción del gobierno central le garantiza un aumento de la movilización social
para defender el autogobierno, que de cara al exterior puede servirle para
trasladar el mensaje de que la inmensa mayoría de la sociedad catalana quiere
la independencia y que no está dispuesta a otra salida distinta.
La defensa de la independencia tiene su techo, alrededor de
2 millones de personas, que pueden ser menos ante la realidad económica. En
cambio, la defensa del autogobierno puede ser que no tenga techo. No es
descartable pensar que ahora es cuando empieza todo. El viernes lo veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario