La cara de Mariano Rajoy era un poema al anunciar que el Rey
no le ha encargado someterse a la sesión de investidura ¿porque habría de
hacerlo si ya “declinó” la primera vez?. Rajoy representó ayer martes la clara
imagen de la derrota, dando la misma sensación que le acompaña desde hace mucho
tiempo, de estar en su mundo, totalmente alejado de la realidad, porque al mismo
tiempo que anunciaba su retirada, temporal, volvía a repetir o transmitir su
idea de que él es el mejor presidente que puede tener España y que sólo su
proyecto político es el que garantiza el progreso y avance de la sociedad
española.
Ayer Rajoy vino a decir algo así como “yo o el caos”, pues
volvió a repetir su advertencia de que un Gobierno de Pedro Sánchez con Podemos
y los partidos independentistas será ruinoso para España, dando ya por hecho de
que el próximo gobierno será un gobierno de coalición entre PSOE y Podemos con
apoyo de los partidos independentistas, declarando textualmente : “creemos que
esto no es bueno para España y no es lo que quiere una gran mayoría de
españoles. Creemos que esa alianza
heterogénea, contradictoria y experimental, no puede calificarse como hacen
algunos de alianza de progreso, porque sería llevar demasiado lejos la licencia
poética”.
Desde el 20 de diciembre ha sido un candidato a presidente
ausente, que no ha intentado conseguir los apoyos que necesitaba para conseguir
renovar la presidencia, su único argumento ha sido la exigencia al PSOE de que
tiene que apoyarle, porque sí, porque es lo mejor para España, y eso a pesar de
tener la agenda bastante libre como dijo en una entrevista de radio. Con su
ausencia o parálisis y su posterior rechazo a intentar sacar adelante un
proceso de investidura había provocado una situación no prevista en la
Constitución, y que era necesario desbloquear, aunque sólo sea para que
comience a contar el tiempo para el caso de convocar unas nuevas elecciones
generales.
Señor Rajoy, no se trata de usted o el caos, porque
usted ya es el caos, las políticas que ha aplicado estos cuatro años han
deteriorado las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población,
beneficiando sólo a las grandes empresas, a las grandes fortunas y a los
bancos. Sus políticas de recortes, en Educación, en Sanidad, en Asuntos
Sociales, y también en libertades, han retrocedido a la sociedad española
varias décadas provocando que las nuevas generaciones tengan que salir de
España en busca de su futuro. Pero si esto es grave más grave es todavía la
impunidad con la que han campado un gran número de dirigentes o representantes
del partido que usted dirige, a los cuales ha estado usted apoyando hasta el
mismo día en el que entraban en la cárcel. Usted ha demostrado ser un caos como
dirigente de un partido que se ha visto salpicado en estos años por un sinfín
de determinados casos de corrupción, Púnica, Gürtell, Taula, Imelsa, etc, con
antiguos e importantes dirigentes que han pasado o están en la cárcel, un
ministro, un presidente de una comunidad autónoma, un vicepresidente, varios
presidentes de Diputaciones Provinciales, muchos diputados, incluso su
Tesorero. En esta situación resulta impensable que usted pueda exigir al primer
partido de la oposición que le apoye a usted para seguir siendo presidente, y
resulta patético que lo pida.
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