lunes, 29 de mayo de 2017

El día que Bono, como ministro, rindió honores al fascismo, por Cristina Fallarás

El ministro de Defensa en 2004 puso a desfilar con las Fuerzas Armadas a un falangista junto a uno de los españoles que liberó París de los nazis


Martes, 12 de octubre de 2004, Madrid. Dos ancianos caminan abriendo el desfile de las Fuerzas Armadas. Encabezan un pequeño grupo vestido de civil que desfila ante la Familia Real por decisión del entonces ministro de Defensa, José Bono, y del presidente José Luis Rodríguez Zapatero. El grupo avanza en columna de a dos desprovisto de la energía castrense que le rodea, y sorprende la distancia que los dos ancianos mantienen entre ellos, mayor que la del resto de parejas. Una voz va narrando al gentío que ha acudido a la plaza de Colón lo que sucede. La inmensa mayoría masculina y marcial que espera a desfilar con sus armas en ristre no alcanzará a oír a esa voz pronunciar las palabras “La paz y la concordia han quedado para siempre establecidas”.
Viendo a los dos ancianos, uno no puede adivinar sus pensamientos, pero ambos son conscientes de protagonizar dicha frase. Quizás su único modo de expresión, ya que no se les dará voz, reside en la elección de su indumentaria.
El que camina a la derecha se llama Luis Royo. Viste cazadora oscura sobre polo pardo. Ha prescindido de la corbata y lleva un libro en la mano cuyo título no se alcanza a distinguir, aunque también podría ser una publicación. El de la izquierda se llama Ángel Salamanca. Viste traje oscuro y corbata, gafas de sol y una medalla otorgada por el Ejército español a raíz de su lucha junto al Ejército nazi.
Royo, republicano, participó junto a la División Leclerc en la liberación de París, ocupada hasta entonces por los nazis. Salamanca se unió a las tropas fascistas de Adolf Hitler junto a la División Azul.
El ministro de Defensa, José Bono, con el beneplácito de Rodríguez Zapatero, ha decidido que desfilen juntos, formando pareja, públicamente. Con ese gesto han decidido que “la paz y la concordia han quedado para siempre establecidas”. Con ese gesto, equiparan a los combatientes fascistas y a aquellos otros que lucharon por la democracia y la libertad. En el siguiente vídeo del desfile de las Fuerzas Armadas de 2004 se puede observar el paso de Royo y Salamanca a partir del minuto 19:04 .
Royo, Legión de Honor de la República Francesa
El primer grupo de soldados que entró en París para liberarlo de la ocupación nazi se llamaba La Nueve y estaba enteramente formado por soldados españoles. Entre ellos, el anarquista Luis Royo, que ya había luchado en la Guerra Civil contra el ejército franquista.
Royo falleció hace menos de un año. En su obituario (El País, 31/8/2016), la escritora Evelyn Mesquida, autora del libro La Nueve, los republicanos españoles que liberaron París, recordaba las palabras de Royo: "La verdad es que nunca pensé que luchaba para liberar a Francia sino que estaba luchando por la libertad. Para nosotros aquella lucha significaba la continuación de la Guerra Civil”.
Setenta años después de su entrada en París, Francia, representada por la alcaldesa Anne Hidalgo, rindió homenaje a aquellos republicanos.
Salamanca, medalla del Ejército Español
El 18 de julio de 1998, siendo Eduardo Serra ministro de Defensa del Gobierno de Aznar, se le impuso a Ángel Salamanca, miembro de la División Azul, la Medalla Militar Individual. Defensa decidió que Salamanca merecía recibir tal distinción por su participación en una batalla librada en 1943 junto al Ejército nazi.
En el acto militar de distinción a Salamanca, José Faura, jefe del Estado Mayor del Ejército, declaró: “El tiempo ha pasado, pero los sentimientos perduran. Esos ideales [los de la División Azul] no caducan, son permanentes y deben inspirar en todo tiempo, en paz o en guerra, la conducta de las Fuerzas Armadas”.
Tanto la revista El Abanderado Falangista como la Fundación Nacional Francisco Franco aplaudieron dicho premio y loaron la figura del condecorado y su lucha junto a las tropas de Hitler.
Sin embargo, el hombre elegido por Bono para desfilar no solo formaba parte de la Falange y los herederos del dictador. La comunidad internacional neonazi Stormfront, cuyo lema reza We are the voice of the new, embattled White minority! (¡Somos la voz de la nueva y combativa minoría Blanca!), también reclama a Ángel Salamanca como uno de los suyos.
Bono y su “concordia”
El 12 de octubre de 2004, cuando el ministro de Defensa José Bono puso a desfilar a Salamanca junto a un republicano antinazi, hacía solo seis años que el falangista había recibido la medalla, celebrada en círculos fascistas y de extrema derecha españoles e internacionales, premio que algunos sectores del Ejército habían cuestionado.
Más allá de lo que supone identificar a un combatiente fascista con otro republicano, la elección de quiénes iban a hacerlo resultó por fuerza delicadísima. O sea, que Ángel Salamanca no fue elegido al azar, lo que hace suponer que Defensa conocía sus inclinaciones, no ya cuando de joven luchó junto a los nazis, sino las que sostenía en ese mismo octubre de 2004.
También se supone que, si no lo habían leído, sabían de la existencia de su libro Esclavos de Stalin, publicado solo dos años antes, en 2002, por la Editorial Fuerza Nueva.
Dos días antes del desfile, numerosas asociaciones españolas firmaron un minucioso comunicado de repulsa del que se hicieron eco diversas asociaciones pro Derechos Humanos europeas. Entre las firmantes estaban la AFARIIREP (Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el Franquismo), los Amigos de los caídos por la libertad (1939–1945), Asociación para la creación del Archivo de la Guerra Civil, las Brigadas Internacionales, los Niños de la Guerra, la Resistencia y el Exilio Español, la Asociación de Descendientes del Exilio Español, la Asociación Manuel Azaña, los Desaparecidos de la guerra civil y el exilio republicano, el Foro por la Memoria, o el Instituto Republicano de Derechos Humanos.
Bono les acusó de mantener “planteamientos antiespañoles”, y declaró: "Es mucho más solidario, moderno e inteligente buscar la concordia entre todos, entre los de uno y otro bando, que leer la cartilla a unos o a otros".
L’Humanité y la indignación
El jueves 13 de octubre de 2004, un día después del desfile, la periodista Meriem Djebari publicaba en L’Humanité una crónica titulada La mémoire républicaine insultée (AQUÍ).
En ella afirmaba, sobre la apelación a la concordia de Bono: “Una declaración indignante para las víctimas del franquismo cuya rehabilitación es todavía incompleta y para los españoles que combatieron la dictadura. Es aún más despectivo ya que tiende a negar el necesario trabajo de memoria. El consenso político de la era pos-Franco para establecer la democracia se ha hecho sobre la base de una amnistía que equivale a una amnesia sobre ese periodo. La "reconciliación" en España, que tanto aprecia José Bono, no puede mezclar a los combatientes que permanecieron fieles la República, e incluso a aquellos asesinados, con el apoyo entusiasta de las fuerzas del Eje”.

viernes, 26 de mayo de 2017

El PP utiliza imágenes de colapsos sanitarios de la época de Cospedal para atacar a Page

LAS INSTANTÁNEAS FUERON REALIZADAS EN 2013 Y 2014

Carmen Riolobos, senadora del Partido Popular, ha pretendido hacer pasar por actuales unas fotografías de enfermos hacinados en los pasillos de las Urgencias de Toledo. Sanidad recuerda que ya denunció esta misma manipulación en noviembre de 2015.

Polémica por unas instantáneas con pacientes en camillas que se amontonan en los pasillos de las Urgencias del Hospital Virgen de la Salud de Toledo. La última campaña del Partido Popular de Castilla-La Mancha contra Emiliano García-Page en las redes sociales ha sido tachada como "manipulación" por parte del Ejecutivo autonómico tras comprobarse que dirigentes conservadores han pretendido hacer pasar por actuales unas imágenes de colapsos sanitarios que fueron realizadas en la época de María Dolores de Cospedal.
Así lo ha denunciado la Consejería de Sanidad en un comunicado, en el que recuerda que en noviembre de 2015 ya se puso en manos de la Policía Nacional una falacia semejante. En esta ocasión ha sido la senadora del PP por Toledo, Carmen Riolobos, quien ha colgado en sus redes sociales fotografías de Urgencias de Toledo saturadas, con enfermos en los pasillos. La también vicesecretaria de Comunicación y portavoz de los ‘populares’ castellano‑manchegos acompaña las fotografías con el texto "Qué bueno!!! Page se va por ser el responsable del caos sanitario y del sufrimiento de miles de enfermos y de sus familias".
A raíz de esto, Sanidad asegura poder demostrar que estas instantáneas pertenecen a los años 2013 y 2014, como se puede comprobar en diversas informaciones aparecidas en medios de comunicación durante ese periódo, y que recogían la mala situación que vivía el sistema sanitario público de Castilla-La Mancha.
Hace más de un año y medio la Consejería ya denunció "la misma manipulación", entonces realizada desde ‘@conCospedal’, un perfil de Twitter de apoyo a la presidenta autonómica del PP que publicó "las mismas fotos con pacientes en los pasillos de las Urgencias del hospital toledano", acompañadas en ese momento por el mensaje "García-Page tiene un problema con la Sanidad, que se le está yendo de las manos".
Por ello, desde el Ejecutivo de Page denuncian y demuestran así, "una vez más", la "burda" manipulación de "un error ya cometido y a sabiendas", por lo que pide a los conservadores que "se deje de mentir en torno a la sanidad pública de la región", al ser un asunto que afecta a la totalidad de los ciudadanos.

sábado, 20 de mayo de 2017

"La tauromaquia es un moribundo al que mantienen vivo con subvenciones"

El Roto publica junto a Manuel Vicent AntiTauromaquia, conjunto de textos e ilustraciones antitaurinas que desmontan todos los tópicos de los defensores de las corridas de toros.
"Que hayan bajado el IVA a los toros al 10%, mientras el cine lo mantienen al 21%, es un escándalo mayúsculo".
"Si o quieren llamar cultura, son libres de llamarlo como quieran, pero objetivamente lo que hay ahí es la tortura del animal"

Las mulillas arrastran al desolladero un cuerpo al terminar la faena. Es el fin del espectáculo, de la 'fiesta nacional'. El público aplaude enfervorecido en los tendidos. Agitan sus pañuelos blancos pidiendo al presidente los trofeos del animal. Una oreja. La otra. ¡El rabo! Pero en esta ocasión no vemos un toro ensangrentado, con la lengua fuera, rebozado por el albero al son de los cascabeles. El arrastrado es el torero. Porque esta no es la imagen de una tauromaquia al uso: esta es la de El Roto.
Andrés Rábago (Madrid, 1947) ilustra la recopilación de columnas antitaurinas que su compañero Manuel Vicent ha escrito durante 20 años al calor de eventos como la Feria de San Isidro. Textos críticos y directos que no se andan con ambages, empezando con un lema que grita en la primera página: "Si el toreo es cultura, el canibalismo es gastronomía".
Rábago, más conocido como El Roto, salpica las páginas de AntiTauromaquia (Random House) con 36 ilustraciones como 36 banderillas, dirigidas a clavarse en la conciencia de aquellos que todavía defienden ese espectáculo.
El resultado es, como define Vicent en el prólogo, "un panfleto" contra la crueldad en el que las "terribles y misteriosas imágenes de El Roto no dan ninguna escapatoria".
La serie vuelve del revés el toreo, pinta las reflexiones del animal y, sobre todo, lo hace visible. Porque, según explica El Roto en conversación con eldiario.es, en la plaza no se le ve. "Nadie ve al toro. Si lo viesen, serían incapaces de estar allí. Saltarían al ruedo a detener al torero, gritando: "¡Pero qué está haciendo! ¡Está usted loco! ¡Pero si no le ha hecho nada!", enfatiza el dibujante.
Un animal invisible que es torturado sin tregua en un cruel juego de espejos en el que el público se ve reflejado en el matador. "El toro es un comparsa", añade, "los espectadores solo ven al torero porque, en el ruedo, se ven a sí mismos y se figuran allí delante".
Para abordar la labor de ilustrar esta AntiTauromaquia, El Roto se documentó buscando información gráfica, centrándose en la etapa en la que se produjo la transición previa al boom de las corridas con la explosión del turismo en los años 60. "Busqué en las revistas, como El Ruedo, que es muy interesante desde el punto de vista sociológico. Y a partir de ahí fueron surgiendo algunas ideas". 
En la serie, que "prácticamente podrían ser carteles o estampas populares", se reflejan las distintas fases de las corridas de toros, desde las dehesas hasta el matadero. En ocasiones, los toros hablan.
"No creo que los toros piensen lo que dibujo", cuenta el ilustrador sobre los aforismos que introduce a veces en sus estampas. "Nosotros somos incapaces de conocer al animal por dentro, pero podemos, sin más, como seres vivos, imaginar lo que eso les puede suponer", expresa.
En la imaginación de El Roto, los toros intentan dialogar con el matador, llueven libros en lugar de almohadillas en el ruedo, el capote se transforma en un lienzo y el estoque en un pincel. Toreros que salen a hombros de indigentes después de haber bordado una faena matando moscas. Toreros que sonríen pese a haber sido corneados, de tan valientes que son.
En ocasiones, un dibujo mudo lo dice todo. En otras, basta una frase o un título. Y luego están las ilustraciones que transmiten algo diferente cada vez que se pasa por ellas.
"Muchas imágenes tienen un contenido casi metafórico y no se pueden traducir directamente a palabras porque entonces serían literatura", explica El Roto sobre sus creaciones más crípticas. "Es algo que te produce sensaciones y esa es la función de una buena imagen, despertar algo en ti: emociones, sensaciones, estados de ánimo", añade.

"Escándalo mayúsculo"

A veces, transmiten rabia. Porque los que tienen en su mano acabar con este espectáculo reman en la dirección contraria. 
"Tenemos que cambiar de Gobierno", clama tajantemente el dibujante ante el hecho de que se sigan dando subvenciones a la tauromaquia y además sin transparencia, "en un territorio poco claro". Arremete también contra la bajada del IVA a las corridas de toros: "Lo han bajado a un 10% mientras que al cine lo mantienen al 21%. Es un escándalo mayúsculo".
En sus viñetas antitaurinas hay banqueros, curas y hasta un Franco torero. Ante esa parte de la autodenominada modernidad, que reivindica ahora las corridas de toros, y en ocasiones desde la izquierda, El Roto aplica la misma vara de medir que "a la derecha cavernícola y rancia", ya que se sitúan "en el mismo lugar que los otros".
Aun así, ve mayoritariamente que surgen "movimientos a favor de un mejor trato a los seres vivos, a los que necesariamente deberíamos considerar como hermanos menores" y lamenta que pueda "haber una pequeña partida de gente" que hoy en día abogue por lo contrario.
Los argumentos de los taurinos son para El Roto "adornos" y una manera de "lavar la imagen de lo que, en algún lugar de ellos mismos, claramente les avergüenza".
Para el pintor, no cabe ninguna duda de que no hay un ápice de cultura en las corridas de toros. "Lo que objetivamente ocurre es que un animal sale a un ruedo, intenta huir y es sometido hasta su muerte, eso es lo que hay", denuncia. "Si lo quieren llamar cultura, son libres de llamarlo como quieran, pero objetivamente lo que hay ahí es la tortura del animal", apostilla.
Manuel Vicent critica en AntiTauromaquia que los toros sigan ocupando espacio en las páginas del diario en el que escribe y pide no darle cobertura para que "el lector sensible no tenga que pasar por la humillación de contemplar", en la sección de Cultura de El País, "esa morcilla acribillada y sangrante que un día fue un bello animal".
El Roto también considera inadecuado que se dedique espacio a los toros en Cultura, o "que simplemente, se le dedique una página a algo así". Y destaca que para él las lecturas de esas crónicas "reflejan la decadencia y la miseria del espectáculo".

"Solo con leerlo te das cuenta de que es algo muerto. Lo que se llama ‘la fiesta’ está en una clara decadencia, es un moribundo que se mantiene vivo artificialmente a través de subvenciones", señala.
Lamenta El Roto que por este motivo "todavía falte algún tiempo" para que podamos ver el fin de este muerto viviente que son las corridas de toros, "una decadencia penosa con la que habrá que acabar en algún momento". Tal vez sea solo cuestión de darle la puntilla.