domingo, 14 de octubre de 2018

La 'receta' de Portugal para subir pensiones y sueldos públicos y reducir el déficit a mínimos de 1974

Subiendo pensiones y salarios públicos, junto con recortes de gasto importantes e incrementos de recaudación pública han conseguido reducir el déficit desde el 11,2% del 2010 al 2,1% del 2017.

El déficit público de Portugal se situó al cierre de 2016 en 3.807,3 millones de euros, lo que representa el 2,1% del PIB, el nivel más bajo desde el año 1974. Este casi equilibrio de las cuentas públicas se ha logrado con un gobierno socialista que ha subido pensiones y salarios públicos ese mismo año, un caso un tanto curioso.

El Gobierno de Antonio Costa, primer ministro de Portugual, ha devuelto las pensiones a los niveles previos a la crisis, al igual que los salarios de los empleados públicos, que también han vuelto a recuperar los horarios de trabajo que tenían antes del rescate financiero del país. Es cierto, que para lograr esta hazaña también ha contribuido sobremanera el crecimiento económico que lleva registrando el país de forma ininterrumpida desde el cuarto trimestre de 2013. El PIB crece desde entonces a una tasa media que se acerca al 2%.

El Gobierno de izquierdas ha demostrado su compromiso con los objetivos fiscales, a pesar de formar parte de la alianza 'anti-austeridad' que gobierna el país. Como destacan desde The Economist, este buen dato de déficit ha sorprendido a muchos analistas, que podrían presionar a las agencias de rating para que eleven la nota de la deuda de Portugal.

¿Dejará de ser bono basura?

Fitch, Moody's y S&P otorgan una nota a Portugal que está por debajo del grado de inversión desde el año 2011, el año que Lisboa negoció el rescate financiero con la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Quizá los buenos datos de déficit, junto con el crecimiento económico y una tasa de paro a la baja pueden apoyar un cambio de rating para el país.

Para este año, los presupuestos del país van más allá y apuestan por nuevas subidas en las pensiones más bajas, unos 10 euros más por pensionista, a la par que se incrementan los beneficios por tener hijos y algunas exenciones fiscales para las familias con ingresos bajos.

Para compensar estas partidas de gasto, los economistas del Gobierno han incrementado los impuestos sobre las bebidas azucaradas, un incremento en el gravamen sobre algunos bienes de lujo y casi triplicar el impuesto que pagan los arrendadores de apartamentos turísticos. El tipo de este último impuesto ha pasado del 15% hasta el 35%.
Ciertas dosis de austeridad

Aunque los datos de gasto público agregado no están confirmados ni se pueden ver en Eurostat todavía, el instituto de estadística portugués avanzó que el resultado de 2016 fue posible gracias al recorte de gastos de un 3,8% con respecto a 2015, y al incremento de ingresos en un 0,9%, también en comparación con el año anterior.

El déficit de 2016 contrasta con el de 2015, cuando alcanzó el 4,4% (incluyendo el rescate del banco Banif) y se sitúa por debajo de las previsiones de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Portugal estuvo cerca de ser multado el año pasado por incumplir la meta de déficit marcada por Bruselas para 2015 y, tras evitar las sanciones, se comprometió a cerrar 2016 con un déficit del 2,5% del PIB.