miércoles, 27 de enero de 2016

Están rompiendo la convivencia de los españoles, están rompiendo España, y aquí no pasa nada

Las últimas acciones policiales y judiciales no son casos aislados, el caso Acuamed, el caso Imelsa, el caso Taula, no son casos aislados, son la continuación del caso Gürtell o del caso Púnica, son la demostración de una determinada forma de gestión de los fondos y recursos públicos. Según la Guardia Civil, la última trama desmantelada se asemeja a una ”organización criminal” dedicada a amañar contratos de las Administraciones Públicas, entre los detenidos figura un expresidente de una diputación, ahora de Valencia, que a la vez fue presidente del PP provincial, un exsecretario de una Diputación provincial, varios exalcaldes, exdiputados y exconcejales, que se suman a otros muchos anteriores.

Estos hechos producen vergüenza, bochorno o asco, pero más todavía la defensa o justificación o determinadas actitudes comprensivas o solo disciplentes. Resulta increíble que ante estos hechos no pase nada, que nadie asuma las responsabilidades políticas de quienes han permitido o amparado todos estos hechos. Resulta inadmisible que algunos medios de comunicación “serios” informen de estos hechos en páginas interiores y con poco interés, resulta vergonzoso que algunos medios de comunicación dediquen más tiempo a enredar e inventar hecatombes en caso de que el partido afectado por estos casos de corrupción no consiga finalmente tener responsabilidades en el futuro gobierno, resulta asqueante que algunos medios estén alarmando de la ruptura de la convivencia democrática o del país. Porque lo que en realidad puede romper la convivencia entre los españoles, o lo que da alas a los independentismos es precisamente  el amparo o justificación de estas tramas de corrupción.

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