lunes, 23 de octubre de 2017

Duro editorial de Le Monde criticando la acción política de La Generalitat

En Cataluña, la peor política. Versión original

Editorial. Carles Puigdemont confía en una radicalización de una parte de la opinión y en el hecho de que la administración directa de Cataluña por parte de Madrid le soldará la mano.

Editorial del "Mundo". España está viviendo una tragedia. Impulsado a la desesperación por separatistas al poder en Barcelona, ​​listo para cualquier abuso, el gobierno central de Madrid ha decidido suspender el estatuto de autonomía de Cataluña y para administrar directamente la región. El jefe del gobierno catalán, Carles Puigdemont, ha sido declarado fuera de la ley. Se arriesgó a enfrentarse cara a cara con Madrid que puede tornarse violento.

El volverá, viernes 27 de octubre, el Senado español para apoyar la decisión del jefe de gobierno, el conservador Mariano Rajoy, que está totalmente apoyado en este caso por el PSOE y el centrista Ciudadanos. El jefe del Partido Popular ha postergado, esperado, dejado de vez en cuando. Propuso al gobierno catalán celebrar elecciones en la provincia. El Sr. Rajoy dijo que no estaba cerrado a una forma de diálogo ya que el Sr. Puigdemont regresó a la ley al poner fin al referéndum del 1 de octubre sobre la autodeterminación ilegal.

Nada ha hecho. A la cabeza de una brusca independencia de independencia, el Sr. Puigdemont espera una radicalización de una parte de la opinión. Sabe que la administración directa de Cataluña por parte de Madrid soldará el campo de la independencia. Él está contando con "rebabas", él está apostando a la putrefacción. Muchos independentistas pidieron que se pusiera bajo la tutela de Cataluña -la activación del artículo 155 de la Constitución española- para que se establezca una situación insostenible en la provincia.

Los separatistas venden la ilusión
¿El Sr. Rajoy está a la altura de la tarea, suficientemente "creativo", inteligentemente "político"? El referéndum organizado por el Sr. Puigdemont fue ilegal, contrariamente a la constitución de 1978 - masivamente aprobada por los catalanes. Apenas el 40% de los votantes votaron. El resultado no es confiable: un 90% sí cuya única magnitud cuestiona. ¿Qué se puede hacer con respecto a la expresión del ultramicronacionalismo que llevan las personas que también denuncian los peligros del nacionalismo?

El Sr. Puigdemont probablemente convoque el Parlamento Regional en el momento de la reunión del Senado en Madrid. Probablemente responderá a la votación sobre el Artículo 155 proclamando la independencia. Esta es la estrategia de la tensión. Podemos sentir la mayor simpatía por la aspiración de los catalanes a una autonomía más completa. Podemos denunciar la actitud de esperar y ver estancada de Madrid desde 2010. No podemos dejar de notar que el Sr. Puigdemont tiene muy poco respeto por la democracia.

No es solo el referéndum ilegal del 1 de octubre. Desde hace semanas, el Parlamento catalán no se ha reunido, por la única razón de que la mayoría se niega a responder a las preguntas de la oposición. Hace meses que la televisión pública catalana, TV3, culpa a la propaganda a favor de la independencia simplista y engañosa. Y durante meses usa una retórica de victimización que quiere hacer parecer grotescamente que Cataluña es una víctima del retorno de la dictadura franquista. Este no es el caso.


Lea también: Cataluña: frente a las medidas de tutela, las opciones de los separatistas versión en francés

Los separatistas viven en una burbuja, venden ilusión, capitalizan la complejidad de la situación catalana. Pero no se atreven a organizar una encuesta regional, bajo el control de la comisión electoral española; una encuesta precedida por una campaña libre sobre los problemas reales de la "independencia"; una votación legal que diga cómo se divide la población de Cataluña. Ellos prefieren la política de lo peor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario