lunes, 30 de abril de 2018

El libro "España de mierda"

Estamos en abril de 2018, las redes sociales están inundadas de publicaciones criticando un libro publicado en el año 2015, un libro que no trata de política ni mucho menos de independentismo, un libro que critica la poca importancia que se le da en España a la cultura y el conocimiento, de ahí el nombre de "España de mierda". Lo más sorprendente es que todas esas criticas las hacen personas que no tienen ni idea de la trama del libro, demostrando con ello la veracidad del mensaje del libro, lo poco que importa en España la cultura y el conocimiento.


¿Quién escribe el libro?
Albert Pla (Sabadell, 1966) es uno de los cantautores más conocidos en España, en cuyo repertorio hay temas en castellano y en catalán. La provocación y la ironía llevadas al extremo del absurdo son parte de su personalidad artística, por lo que sus manifestaciones públicas rara vez pueden interpretarse en un sentido literal, aunque sí suele ser fiel a una idea: a menudo manifiesta opiniones en contra de la monarquía.
De hecho, el catalán se maneja con facilidad en el terreno de la contradicción, como en el polémico texto al hilo del referéndum ilegal del 1 de octubre en el que comentaba, de forma sarcástica, sentirse "devorado por el buey del independentismo". Horas después, explicaba que la carta abierta formaba parte de una apuesta: "Sabía que si escribía un artículo mal escrito y lleno de mentiras y tonterías, me lo publicarían todos los medios españoles".
"Me encantaría que Cataluña fuese independiente, ahora bien, no voy a mover un dedo para ello. Tampoco sé si me encantaría; me la suda, no le doy ninguna importancia", comentaba él mismo en 2014, un año antes de publicar España de mierda. En esa misma época, dijo que la independencia estaba en el puesto 195 de sus prioridades.
En el programa de radio Carne Cruda, Albert Pla ha contestado a la polémica: "No puedo decir nada porque me condenarían, así que lleváis razón, viva España".
¿Qué cuenta el libro?
Raúl Gadea, un joven cantante uruguayo, y Tito, su representante y habitual del Madrid de Lavapiés, se embarcan en una gira de conciertos por varias ciudades españolas. En su viaje, viven episodios surrealistas, desde Galicia a Andalucía. Inician un camino de Santiago a la inversa que les lleva al final a pasar por Madrid, Cantabria, País Vasco, Cataluña, León y Murcia. Y, en ese periplo narrativo, Pla recurre a ciertos tópicos regionales para hacer humor.
En el texto se menciona desde la página 1 a muchos más músicos que políticos. Por ejemplo, Jorge Drexler, Javier Krahe, Rosendo, Julián Hernández (Siniestro Total), Andrés Calamaro, Quimi Portet (El último de la fila) o Kiko Veneno.
Los dos protagonistas viven anécdotas en la carretera y en los conciertos, momentos que Pla reconoce haber recopilado de su profesión como músico y haber transformado para el libro. La mayor parte del texto incluye críticas, a menudo bastante obvias, al mal trato que se da en España al mundo de la cultura y en concreto al de la música, con la corrupción política de fondo.
Entre sus bromas con tono crítico, el autor incluye a Podemos y a Ciudadanos; a PP y PSOE. Pla hace burla del independentismo desde varios puntos de vista.
Les contaron que los terroristas del Bierzo eran un grupo recién creado que luchaba por la independencia del Bierzo, harto de estar sometido al poder despótico de los leoneses.
Tenían planeado un atentado en el consistorio de León, pero la bomba exploró en el mismo piso franco donde la banda lo estaba preparando. Las seis víctimas eran los terroristas. Al parecer, las tres facciones de la banda -los que querían grabar el comunicado en gallego-leonés, los que lo querían en gallego y los que lo querían en lengua burón, idioma oficial de los arrieros del valle de Fornela- estaban discutiendo acaloradamente en el momento de la explosión.
Los últimos prefirieron autoinmolarse con su propia bomba a hacer un comunicado en gallego. "¡Antes muertos que gallegos!, giraton antes de hacer estallar la bomba.
También incluye en la novela la figura del ingeniero Isaak Westinghouse, alemán residente en Guatemala hijo de madre polaca, con abuelo ortodoxo ucraniano y abuela paquistaní, que diseña una infección que solo se instala en las gargantas de los catalanoparlantes, para erradicar el idioma y a los catalanes con ayuda de la ONU.
En cuanto al mundo de la cultura, Pla relata la nube de intereses que rodean al mundo de la música, casi siempre alejados de la calidad en favor del negocio. Lo refleja a través de un concierto en la Sala Galileo de Madrid.
Después del concierto, la gente estaba feliz, sospechosamente feliz. Extremadamente. Eufóricos, totalmente entusiasmados. A todos les había encantado.
Tanta sonrisita y buenas palabras hicieron que Raúl no supiera nunca si el concierto fue bueno o malo.
Todo el mundo era importante esa noche. Manueldiseñadorymodelo. Joséescenógrafodelteatroestegrande. Los madrileños tienen nombres extraños. Parecen añorar su pasado cortesano, les gusta aparentar que tienen cierta nobleza o importancia social. RamónproductoryareeglistadeJuanPardo. Se sienten desnudos sin abolengo, por eso se hacen llamar por el nombre y las acciones que emprenden. MaríahijadeldirectorTrueba: Eso les confiere un rango igual a un título nobiliario.
La novela también lanza un dardo a la falta de criterio de los responsables de programación de grandes recintos culturales.
Pero ser concejal de Cultura [de Gijón] también tiene una parte engorrosa, como es decidir qué espectáculos se programan en el Teatro Jovellanos.
Normalmente, le aconsejaba su mujer, que veía mucho la tele y estaba al día.
La programación era bastante buena. Contrataban a todos los cómicos de las series de televisión, los vodeviles protagonizados por los galanes de la televisión y las obras de teatro de los presentadores de la televisión.
¿Qué se dijo del libro en su momento?
En las reseñas periodísticas del libro, durante los días posteriores a su lanzamiento a finales de 2015, no se encuentran referencias al independentismo y sí a que la novela critica cómo el país ignora al mundo de la cultura.
"Lo que Pla trata de explicar al lector es que en este país la música es menos que un cagao, que no importa a nadie". El Español.
"La novela no es un reflejo de nada; es la España de hoy, en la que ninguno de nosotros nos gusta vernos reflejados. Vodevil rocanrolero y road movie llena de mala leche y de crítica salvaje". Efe Eme.
"En realidad no es más que un nuevo gancho para sus seguidores de siempre. Entre el delirio y la ensalada de tópicos regionales". El Diario de Sevilla.


Las dos portadas del libro

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